Futuro gobierno chileno o cómo empezar mal antes de empezar
La crisis se desató cuado Álvaro Elizalde, futuro vocero del Gobierno, anunció los 32 subsecretarios elegidos por la presidenta electa Michelle Bachelet que asumirá el venidero 11 de marzo. Al enterarse de que al frente de un área tan sensible como educación estaba Claudia Peirano, los estudiantes levantaron la voz. Es que durante la campaña electoral Peirano se manifestó en contra de la gratuidad universal de la educación.
Peirano no sólo enfrentó el rechazo del ala izquierda. También se quejaron con su designación los aliados de la Democracia Cristiana, ya que no habría sido designada por consenso en el interior del partido, sino por exclusiva decisión de su jefe, Ignacio Walker.
«Lamento que la DC se vea involucrada en un impasse de esta naturaleza, con una subsecretaria que ni siquiera es militante del partido», afirmó Faud Chahín, diputado y vicepresidente de la DC.
Hasta el momento, son nueve las designaciones objetadas y una de ellas, la de la subsecretaria de Educación, Claudia Peirano, quien ya presentó su renuncia antes de asumir el cargo.
La evolución tecnológica ha permitido que a través de Google y Twitter, los mismos chilenos, además de la prensa y los distintos movimientos sociales, estén atentos y enterados de los nuevos nombres y sus eventuales carencias.
El caso más ridículo de los cuestionados es el del subsecretario de Bienes Nacionales, el radical Miguel Moreno, quien hace un par de años encaró una causa judicial por tocaciones indebidas, en el trasero, a una mujer en el metro de Santiago.
El caso más preocupante es de la subsecretaria designada en Defensa Carolina Echeverría, hija de un capitán de ejército acusado de torturas y vejaciones durante la dictadura.
A él se suman el subsecretario de Agricultura, el democristiano Hugo Lara, querellado por delitos económicos, y el intendente de la región de Tarapacá, el socialista Mitchel Cartes, imputado por cargos en un sumario administrativo durante su paso por el Ministerio de Obras Públicas en el actual gobierno del presidente Sebastián Piñera.
Asimismo, se agregó ayer el caso del futuro subsecretario de servicios sociales, Juan Eduardo Faúndez, sumariado por irregularidades en el pasado gobierno de Bachelet.
En una declaración desafortunada el Presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, dijo que: “Se está exagerando la nota. Parece que ahora hay que ser monje para ejercer un cargo público”.
Mucho más atinado ha sido el senador socialista Juan Pablo Letelier: «El equipo de gobierno no puede seguir cometiendo estos errores», dijo.
La prensa chilena también reveló las deudas que mantienen con el sistema de crédito universitario dos futuras ministras y un intendente del gobierno electo.
Edison Ortiz es funcionario del ministerio de Educación de Chile. Profesor universitario en Historia y Geografía. Comentarista habitual del diario digital El Mostrador. Con él conversamos en Radio Media Naranja y el blog Razones de la Palabra
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Entrevista
J.Z. Quisiera comenzar por su último comentario en el periódico digital El Mostrador. Por qué tiene tanta importancia la referencia que usted hace a las malas consecuencias que tuvo ese congreso de la Serena de 1971 (congreso del partido Socialista chileno)
E.O. Fundamentalmente porque está comprobado que ese congreso, uno, derribo a la directiva socialdemócrata, con la cual Allende había hecho toda su carrera y con la que llega la presidencia. Y se instaló una lógica ajena a la tradición partidaria de corte soviético, del centralismo democrático, del secretismo, la cooptación, que la dictadura después y con la condiciones de sobrevivencia de los partidos de la Unidad Popular no hicieron más que solidificarse. Eso, hasta el día de hoy, está presente en la organización y la expresión máxima es el secretismo con el cual la Presidenta está tomando las decisiones.
J.Z, Esta no es una práctica nueva, en consecuencia, de la futura Presidenta de Chile.
E.O. Claro. Que además vivió el exilio en la República Democrática Alemana, además viene de un mundo de familia militar. Recordemos que ella es hija de un general de aviación que fue víctima de la dictadura; de profesión médico. Los médicos tienen un trabajo súper individualista y solitario. Todas esas cosas se conjugan para que ella traiga al eco sistema político, que es una sistema de mucha habladuría, de copucheo, de mucha afectación, una lógica que es más bien del mundo militar. La lógica del secreto.
Entonces, choca. Choca y se produce lo que se produjo. O sea, si tú haces el balance, los mismos presidentes de los partidos han reiterado que ellos se enteraron, así como tú y como yo, por la prensa de las designaciones de los subsecretarios. Pero mi el costo, ningún beneficio, puros costos. Cada día se destapan más casos de subsecretarios que no deberían haber sido nominados si se hubiese hecho un chequeo, si se hubiese, en alguna medida, dialogado y conversado con los involucrados.
Por cierto los partidos políticos son los más responsables de su entorno y ella misma, que, efectivamente, es una práctica ajena a la política, porque la política es un espacio de mucho diálogo, de mucha conversación, no de secretos.
J.Z. Pero Michelle Bachelet fue Presidenta en un período anterior. Y yo me imagino que si esa era su forma de actuar tiene que haber sido objeto, en algún momento, por lo menos de los representantes del partido Socialista. Le habrán criticado esta manera de ser…
E.O. Efectivamente la disidencia de la época que encabezaba Isabel Allende, el senador Jaime Gazmuri, el propio Carlos Ominami, hicieron reparos al gobierno, pero ella estuvo rodeada de un muro de hierro que instaló Camilo Escalona que no hacía posible la crítica bien intencionada, entonces cualquiera que se atreviera a hacer la mínima crítica era tildado inmediatamente del Altamirano de Bachelet, por Escalona.
Efectivamente la hicieron vivir en una burbuja. Su gobierno dejó herencias negativas tremendas para el próximo gobierno, como fue la postergación del tema estudiantil y el Transantiago que hasta el día de hoy sigue resuelto a medias.
Hizo una muy buena gestión en el tema de pensiones, razón por la cual yo creo que ganó esta elección.
Yo tengo la mejor opinión de Michelle Bachelet. Lo que pasa es que instala en política una lógica que le está haciendo daño a ella misma por si tú haces un balance, ¿cuál ha sido el beneficio del secretismo? Ninguno. ¿Cuál han sido los costos? Altísimos, con el movimiento estudiantil, con los partidos políticos, con la opinión pública.
J.Z. Usted decía, cuando se le hacían las críticas no había espacio para ello, vivía en una burbuja, los críticos eran inmediatamente repudiados por su entorno más cercano. ¿Es eso lo que le pasa a usted ahora? Porque es una de las pocas personas que hace críticas antes que instale como Presidenta Michelle Bachelet.
E.O. Yo, en primer lugar, no tengo ninguna aspiración gubernamental. Tengo la impresión que hay distintas maneras de ayudar a Bachelet. Una desde el gobierno y ahí estarán sus secretarios, ministros, en fin, el largo aparato estatal que ella tiene que nombrar. De tratar los partidos políticos que la apoyan. Y estamos aquellos que, desde una mirada crítica, poniendo, en alguna medida, los puntos sobre las ies, en los planteamientos de fondo que ella hizo.
Yo no tuve arte ni parte en la conformación del gabinete, miré como espectador, pero ojo, nosotros advertimos que ella dejaba de ser una promesa, era el momento de empezar a actuar y por cada cosa que ella hiciera ya no iba a ser el futuro, era el presente. Y por Dios que el presente partió mal.
J.Z. Nombraba usted la responsabilidad de los partidos políticos, que están a muy mal traer. De tal manera que cuando una persona como Michelle Bachelet dice, yo no voy a contar con los partidos para elegir a mi gente, seguramente habrá muchos que la están aplaudiendo.
E.O. Mira José, hay un elemento súper riguroso. Han salido a la luz pública cosas cómicas. Después de esta crisis de gabinete nos hemos enterado que todo el gabinete está hoy de vacaciones. No hay voceros, no hay gente que dé la cara por la situación crítica y han sido los partidos políticos los que han tenido que salir a encarar la situación.
Tengo la impresión que se sienta un mal precedente, que no tiene que ver conmigo ni con la crítica. Tiene que ver con que…ayer se supo que la subsecretaria de Defensa es hija de un torturador. Se supo, algo que yo advertí hace dos semanas, que el subsecretario de Pesca tenía problemas. Ahora lo dicen los propios pescadores. Y resulta que no está nadie para dar la cara ni dar una explicación.
Esto yo no lo había visto nunca desde la transición. Nunca.
J.Z. Por qué Michelle Bachelet es intocable.
E.O. Tengo una tesis. Ella es Juan Pérez o Moya, como diríamos en Chile. Se instala en La Moneda. Y cuando el ciudadano medio de instala en el palacio de gobierno, tiene menos crítica hacia el gobernante porque el gobernante lo representa bastante bien. Creo que el caso de Bachelet es aquel.
J.Z. Ella es como nosotros, dicen los chilenos.
E.O. Claro. Con ella entró la gente a La Moneda. La gente común y corriente, sencilla. Dos, el carisma, su historia trágica, aparte de mucha empatía comunicacional. Tercero,
ella hizo un tremendo trabajo con la pensión básica solidaria que permitió que, familias, entre ella está mi madre, recibe una pensión digna y en Chile no había. Imagínate, lo que significa que una familia que tenía, promedio ochenta dólares al mes, pasara a cerca de 300.
Efectivamente, su voto está ahí y está comprobado estadísticamente. Su voto duro es la gente que tiene más de 47 años y de bastante pobreza. Y yo diría que la señora Juanita, el chileno medio que entró con ella a La Moneda.
Y por su condición de mujer. Creo que la mujer ha ganado bastante espacio pero todavía hay una especie de no atreverse a criticarla por su condición de mujer. Está mal visto.
Esos tres factores ayudaron a crear este mito pero para esta vuelta no corre.
J.Z. Precisamente hacia eso iba. En el primer gobierno podríamos hablar, sin mayores exageraciones, de un idilio. Ahí está el porcentaje histórico con el que ella finaliza su gobierno. Pero el país ha cambiado profundamente para esta segunda etapa.
E.O. Exactamente. Hay una ciudadanía que ya no es representada en los partidos, lo ves en el movimiento social, en el movimiento estudiantil, en el movimiento regionalista, que no pasan por las representaciones tradicionales de los partidos.
La crisis no solo en la derecha. En el año 2013 pareció que estaba más cerca del psiquiátrico que de la política. Ya sabes tú lo que ocurre en la Nueva Mayoría, con partidos desgastados, con partidos cansados, esta esa renovación de liderazgo. Eso por un lado. Por lo tanto la ciudadanía tiene una independencia frente a los partidos. Creo que por allí viene un flanco, y se ha abierto ya. Dos. Hay una tendencia distinta. Periódicos como El Mostrador, como los que están circulando mucho por Internet. Han hecho un trabajo tremendo. Y han obligado a los medios tradicionales, al Mercurio a La Tercera, a plantear temas que antes no estaban en la prensa nacional. Está radio Bío Bío. Hay varios medios que tienen autonomía frente a los gobiernos de turno. Eso es súper bueno para la construcción de la opinión pública. Y ni hablar de Internet y de las redes sociales, que son espectaculares y que hace 10 años no tenían el desarrollo que tienen hoy.
J.Z. De tal manera que usted augura para la futura presidenta tiempos muy críticos y muy tormentosos si no logra superar este aspecto del secretismo.
E.O. Exactamente. El secretismo era bueno con y para Moscú, pero no es bueno para Internet, facebook y las redes sociales en dos minutos recorren el país y pueden hacer caer un ministro de gobierno.
J.Z. Y sin embargo, he leído por allí la declaración de un célebre y viejo político chileno que decía que era muy malo que el futuro gobierno cediera a las presiones de los estudiantes, que eso era una muestra de debilidad, etc. Usted habrá leído ese tipo de comentarios.
E.O. Si tú te das cuenta desde hace dos semanas atrás, Michelle Bachelet no solamente tiene líos con la gente que quiere las reformas que ella prometió. Creo que quienes le están poniendo más piedras en el camino, son precisamente aquellos sectores más conservadores de la concertación. Verás que en la última semana y media salieron Mariana Alwyn, Joaquin Brunner. Todos ellos que están interesados en que las cosas no cambien, haciendo una crítica bastante profunda a ella y a los movimientos sociales. Entonces allí lo que yo percibo es una operación del famoso partido transversal de la Concertación que gobernó 20 años, que también la va a chantajear, y la va a presionar, para que las cosas no cambien.
Entonces, recuerda tú el caso de Peirano, es la democracia Cristiana que proporciona el nombre. O sea, hay gran intención del partido democratacristiano de poner trabas, a pesar de todo el discurso pro-reforma. Entonces efectivamente ella se va a encontrar con líos.
Me imagino yo hoy día que ya el partido Comunista le habrá pedido una reunión, porque me imagino que al partido Comunista también se le hace difícil explicarle a sus bases por qué la Presidenta nombró a una subsecretaria de Defensa que es hija de un torturador.
J.Z. A pesar de todo ello, señor Ortiz, la futura Presidenta cuenta con un respaldo importante que le debería permitir hacer la reforma que ha prometido.
E.O. Eso es lo que esperamos, que consolide las primeras convicciones que ha planteado. Pero en todo esto, fíjate José lo que ha ocurrido. Las chimuchina…. De los nombramientos, todos los que no pueden estar. Y todo el debate de fondo, el debate importante que nos interesa a los chilenos, la reforma educacional, el tema constitucional y tributario, te das cuenta, todo ha ido pasando a un segundo plano. Y el debate de la chimuchina…. ojo, hay que tener cuidado también con que este debate que es coyuntural, vaya en alguna medida, postergando el debate de fondo, que es el debate por estas tres cosas que fueron parte de la campaña: reforma educativa, tributaria y constitucional.
J.Z. Permítame que yo lo saque de estos dos recientes comentarios suyos en El Mostrador y lo lleve a un tema internacional. He seguido con bastante atención la necesidad que dicen algunos parlamentarios de un debate de abandonar el Pacto de Bogotá. Lo cual significaría la no-obligatoriedad de cumplir con fallos internacionales como el de la Corte Internacional de Justicia de La Haya. ¿Debo tomar en serio esas pretensiones?
E.O. Yo conozco bastante bien los tres países…. Perú, lo he recorrido entero. Y el fenómeno del nacionalismo chauvinista no es un problema de los peruanos, de los bolivianos, también es un problema de los chilenos. Cuando Joaquín Lavín fue candidato presidencial, que estuvo a punto ser presidente, como Joaquín, declaraba públicamente hace diez años que éramos un muy buen país en un mal barrio. El efecto de eso no es que tus vecinos te quieran. Chile tenía una política de aislamiento permanente… de conexión directa con Estados Unidos, con los grandes bloques de poder, pero que ha mirado en desmedro s sus vecinos. Yo tengo la impresión de que estamos pagando parte de eso.
En Chile no es popular decir esto, no te da votos, pero hay que decirlo.
Mira, en todos los últimos juicios que hemos tenido a nivel internacional con países vecinos, Argentina, perdimos. Lo perdimos ahora con Perú. Viene el tema con Bolivia, no sé cual va a ser el resultado, pero… algo te debe decir que estamos perdiendo todo. Entonces ¿no será mejor abrir el diálogo directo?
Yo no sé si tú recordarás la última vez que viste a tres presidentes de Bolivia Perú y Chile juntos. No recuerdo de haber visto eso. Tengo la impresión de que allí Chile es muy responsable de tomar la iniciativa, porque nosotros tenemos la llave para resolver el lío pero estamos pecando de un chauvinismo nacionalista que yo creo en el Siglo XXI nos hace tremendamente mal.
No quiero poner el ejemplo de la Unión Europea, pero después de todo lo que ocurrió, que Alemania, Francia, se hayan puesto de acuerdo, por qué no nos vamos a poder poner de acuerdo los nosotros los chilenos, peruanos y bolivianos que tenemos mucho menos conflictos históricos que estas dos naciones.
J.Z. Dice el manual del periodismo que uno no debe hacer comentarios sobre la respuesta de los entrevistados, pero me es imposible no decirle a usted que me complace enormemente lo que acaba de declarar respecto a los vecinos. Usted cree que va creciendo de alguna manera u otra, que se puede ser optimista respecto del porcentaje de chilenos que quisieran ver con otros ojos, con otra mirada, menos chauvinista, el tema de Perú, de Bolivia, para solucionar de una vez por todas un problema que ya lleva más de un siglo.
E.O. Por lo menos de un candidato, sin ser yo adherente de él en esta vuelta, Marcos Ominami, que lo ha dicho fuertemente y yo tengo la impresión de que él representa a un electorado distinto, mucho más joven, que entiende que no vamos a poder seguir con líos históricos que eran propios del Siglo XIX y no del Siglo XXI. Porque además el resultado de todo eso ha sido que hemos perdido todo. O sea esa política tampoco ha funcionado incluso del punto de vista chauvinista.