En una potencial negociación, Bolivia tiene un amplio abanico de propuestas a Chile
Un 86% de los chilenos rechaza que Chile conceda a Bolivia un acceso soberano al mar, de acuerdo a una encuesta de la Universidad Católica y la consultora GfK Adimark. El 49% opina que a Bolivia no se le debe dar ni una salida al Pacífico ni facilidades para exportar sus productos y el 37% está de acuerdo con facilitar el uso de puertos chilenos. Esta es, por el momento, la actitud mayoritaria en Chile. Carlos Mesa, ex Presidente de Bolivia y actual representante de su país para el tema de la demanda marítima enumera aquí algunos puntos sustantivos en torno al juicio y su opinión sobre la tensión que se vive entre Bolivia y Chile.

Permítame comenzar con una nota pesimista. A veces me da la impresión que el primer éxito que ha tenido Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia, lo que ha conseguido también, entre otras cosas, es polarizar y tensionar aún más la situación entre ambos países, de tal manera que nunca había estado más lejos Bolivia de la salida al Pacífico.
Creo que hay que entender el contexto. Es natural que cuando un país presenta una demanda internacional en contra otro país, se producto un enfriamiento. Creo que es lógico, que si en un primer paso se produce un fallo, en este caso favorable a Bolivia, que rechaza la demanda de preliminar de competencia de Chile y genera la lógica de plena competencia por parte de la Corte, también se produzca un proceso de enfriamiento dentro de un contexto de relaciones complejas, como las que tienen Bolivia y Chile desde el año 2010. Sin embargo, mi impresión es que hay una conciencia de parte de Chile de que el tema tiene que resolverse. Esta es una percepción subjetiva. Y si bien uno puede entender que hoy, mañana, en los próximos meses, vendrá un endurecimiento de la política de Chile con relación a una negativa a negociar con Bolivia un acceso soberano al mar.
Mi impresión es que las autoridades chilenas se dan cuenta de que pueden encontrarse con un fallo contrario y, en ese caso, la posición chilena tendrá que girar, entre otros cosas porque Bolivia, en el ínterin, ha conseguido muy importantes respaldos internacionales a la causa, y sobre todo, a la voluntad de diálogo que Bolivia expresa en su propia demanda.
No puedo, en una entrevista de esta naturaleza abarcar el conjunto de los momentos históricos en que se ha hablado entre Chile y Bolivia sobre una salida soberana al mar. Sin embargo, hay dos momentos que sí me parecen importantes y que han sido de forma categórica las dos únicas oportunidades, creo, en las cuales Chile se ha allanado a una salida al mar. La primera de 1950,1951 con Gabriel González Videla, un corredor de 15 kilómetros de ancho al norte de Arica, que se desbaratada la iniciativa por imprudencia del presidente Truman. Y la otra, la de 1975 con el abrazo de Charaña entre los dictadores Pinochet y Banzer, que se malogra porque Perú modifica, al dar su visto bueno, la posibilidad de una cesión y pide una cosa tripartita. Es decir que ni Chile ni Bolivia, en esos dos momentos tienen la culpa del fracaso de las negociaciones. ¿O me equivoco?
Una primera precisión, si bien estos dos ejemplos son claramente los más explícitos, eso no quiere decir que los otros que han sido citados por Bolivia, desde 1920 hasta 1983, que incorporan los mencionados, no tengan el mismo valor. En los anteriores y posteriores casos que usted cita, no puede olvidarse que hubo un compromiso formar, por parte de Chile, de abrir una negociación para otorgarle a Bolivia un acceso soberano al mar. Evidentemente los puntos más explícitos se dieron el 50 y el 75.
Dicho esto, en efecto, primero el discurso del Presidente Truman genera también una respuesta de Perú. El Presidente Odría dice dos cosas: una, los países, Chile y Bolivia deben recordar que hay un tratado firmado entre Chile y Perú para definir sobre territorios que antes fueron peruanos y, segundo, no se puede pretender la compensación de aguas del lago Titicaca, para dársela al norte de Chile, porque el Titicaca es de soberanía compartida y Perú no ha sido consultado sobre el tema.
Por lo tanto, en última instancia, en ambos momentos fue la palabra del gobierno del Perú, en un caso; y la palabra del Perú en el segundo caso fue respondida categóricamente por el Presidente Pinochet. Cuando el Presidente Bermúdez le hace la contrapropuesta, Pinochet dice, en este contexto, dado que nosotros no hemos pedido una contrapropuesta, sino simplemente un sí o un no, Chile declina continuar con este tema.
Si Perú es responsable de que no se haya podido avanzar, por qué, en los instantes en que tenemos esta conversación el gobierno del Presidente Morales trata de realizar mega proyectos con mega puertos con el Perú.
Primero no yo diría que Perú es responsable, diría que actuó en función de sus propios intereses y en virtud de los propios elementos legales que tenía en la mano. Tanto el Presidente Odría como Morales Bermúdez apelaban al cumplimiento del Tratado de 1929. En consecuencia la idea de responsabilidad que podría interpretarse como culpabilidad generaría en mi respuesta un equívoco. Yo no afirmando que la culpa sea de…sino que, simplemente, el proceso no pudo avanzar porque Perú apeló al Tratado de 1929.
Luego, hay una línea de conducta de parte de Bolivia que tiene ya un largo tiempo, cuando en 1992 el Presidente Paz Zamora y el Presidente Fujimori firmaron los Acuerdos de Ilo para darle ventajas a Bolivia y la posibilidad de puertos alternativos en el Perú, se abrió un espacio que yo continué con los acuerdos firmados con el presidente Toledo, el año 2004 de complementación de carácter energético para la posible exportación gas Perú-boliviano al Pacífico, esto marca una línea de conducta de vinculación de ambos países que no es nueva, que el Presidente Morales continúa.
La posibilidad del desarrollo de puertos compartidos en el Perú no exime la posibilidad y, de hecho, la decisión de Bolivia de llevar adelante una demanda para la recuperación de un acceso soberano al mar. Son cosas que no son contradictorias entre sí.
Ni nada asegura que las buenas relaciones que tiene Bolivia con el Perú, tal como usted lo ha señalado, garantice que en una eventual consulta al Perú, en un futuro hipotético, Perú vaya a estar de acuerdo con una salida al norte de Arica.
Ese es un tema que yo no puedo presumir. Lo fundamental es esperar un fallo de la Corte, preguntarnos si ese fallo involucrará o no, en una eventual negociación, la participación del Perú. En este momento lo que Bolivia dice y ahí se queda, es que su demanda no involucra al Perú, y dado que Perú no nos arrebató ni un centímetro cuadrado de territorio, que es lo que Bolivia reclama en la reivindicación marítima no tiene por qué ser parte del proceso que Bolivia le está haciendo a Chile en esta demanda.
En una eventual negociación entre Bolivia y Chile todos los temas están sobre la mesa. ¿Sobre todo aquel que tiene que ver con compensaciones?
Cuando Bolivia plantea la demanda establece tres condiciones para que se lleve a cabo la negociación si es que el fallo le es favorable: uno, negociar de buena fe, que haya una voluntad política de Chile y Bolivia para que la negociación llegue a un final feliz. Dos, que se establezca un límite tiempo razonable, de modo u la negociación no dure indefinidamente; y tres, voy a la pregunta, que las bases de la negociación, de ambas naciones, sean razonables y posibles de aceptar por las dos partes. No tengo que ir más lejos que eso porque el concepto de Bolivia es: no vamos a adelantar ningún criterio sobe cuáles serían los elementos de una eventual negociación, hasta que no conozcamos el fallo.
Me hago cargo que lo que voy a decir a continuación no es producto de una realidad, sino de una percepción. Hace un par de meses atrás estuve en Arica con motivo de una capacitación profesional a periodistas y con la gente que conversé, varias de ellas me expresaron el temor que, en algún momento, se hiciese realidad que nació con la república boliviana de poder contar, alguna vez, con Arica como territorio boliviano.
Bolivia tiene en su pensamiento de una potencial negociación un amplio abanico de propuestas, porque sabemos que una negociación uno tiene que generar, imaginativamente, varias opciones que tienen que ser consideradas, porque si se presentara una sola posibilidad los márgenes de una negociación son muy estrechos. En consecuencia, Bolivia considera un escenario muy amplio que no puede prescindir del pasado, lo que Bolivia y Chile negociaron, desde que en 1920 Chile hizo un primer compromiso de aceptar una negociación para otorgarle a Bolivia un acceso soberano al mar.
En consecuencia todos los escenarios y posibilidades están abiertos y algunos que no conocemos pero que los negociadores pueden concebir.
Efectivamente, y eso no debe incorporar ningún lugar, ningún nombre, ningún espacio geográfico específicamente, porque no está en el espíritu de Bolivia establecer hoy a la opinión pública boliviana, chilena y mundial, ningún tipo de detalle sobre las propuestas que estarían en la mesa en el caso de que abriera una negociación como producto del fallo.
Me da la impresión que más allá del fallo de la Corte Internacional de Justicia hay algo que está enraizado en los genes del pueblo boliviano y que no hay vuelta atrás en la reivindicación de una salida soberana al mar.
Uno de los temas que Bolivia plantea siempre es la frase del Canciller Daniel Sánchez Bustamante expresada en 1910: “mientras Bolivia exista como nación no cejará hasta tener un puerto cómodo con acceso soberano al océano Pacifico”. Esto responde claramente a lo que se ha convertido en la rosa de los vientos de la política exterior boliviana y parte de esa estrategia es esta demanda.
Señor Mesa, me queda algo en el tintero, es que me he enterado, y aprovecho de felicitarlo, que usted ha sido elegido por la Asociación de Radios Populares ERBOL como el hombre del año del 2015 por su labor frente al litigio que ha presentado Bolivia en la Corte Internacional. Es importante porque se trata de una encueta que no solo involucran a directores de radio sino a la audiencia, es decir al pueblo boliviano. ¿Qué siente al recibir un honor de esta naturaleza?
Me siento muy honrado y agradecido por la decisión de ERBOL que expresa la opinión de muchísimos oyentes de esa red nacional de emisoras. Segundo, lo asumo como parte de un equipo, creo que no soy el depositario personal e individualizado de una tarea, sino parte de un equipo que preside el Presidente Morales, en el que están el ex Presidente Rodríguez Beltzé, el Canciller Choquehuanca y el equipo; de abogados internacionales que ha hecho posible que en una primera fase, todavía queda mucho camino por delante, Bolivia haya podido lograr un éxito en la Corte Internacional de Justicia.
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