Soledad Puértolas: las mujeres del Quijote
La conferencia Spinoza 2018, estuvo a cargo de la escritora española Soledad Puértolas, con el título, “Los personajes secundarios del Quijote”. Una iniciativa conjunta de la Embajada de España en La Haya, el Instituto Cervantes de Utrecht y la Universidad de Amsterdam.
Ganadora del Premio Sésamo en 1979 con El bandido doblemente armado, del Premio Planeta 1989 con la obra Queda la noche, y del Premio Anagrama de Ensayo 1993 con La vida oculta, Puértolas posee una narrativa en la que predomina la introspección, la incoherencia de la vida moderna y la interrogación sobre su sentido. La literatura como reflejo del ritmo de la modernidad a través de situaciones inconclusas y posibilidades esbozadas que no llegan a cumplirse, envolviendo al lector en un mundo de sugerencias y alusiones. El desamor, está siempre presente en su narrativa.
La entrevista gira en torno a dos ejes centrales, las mujeres del Quijote y alusiones a su libro La vida oculta.
Nuestra invitada ingreso a la Real Academia Española, en noviembre del 2010.
La conversación parte con preguntas sobre las mujeres del Quijote, que viven durante la contrarreforma, es decir, con el poder en pocas manos, la iglesia, la monarquía, en donde imperaba la ortodoxia en lo material y en lo espiritual. Patriarcal, pues. Cervantes escribe a contracorriente hasta tal punto que hay mujeres de hoy que lo llaman feminista. ¿Un despropósito? Nada de eso. Cervantes es profeta de las reivindicaciones de la mujer. No es un adelantado a su tiempo, es un hombre que sabe leer el tiempo.
Pregunte usted por una mujer del Quijote y la mayoría abrumadora responderá, Dulcinea del Toboso. Soledad dice que ello se debe a que la gente ha escuchado de oídas la obra, pero no la ha leído. Es entonces cuando recurre a lo más nombrado, a lo que todos repiten.
Ahora, puestos a gozar de los pormenores de la novela madre de las novelas, la pastora Marcela es la más moderna, la más independiente. Oigan lo que dice:
“los árboles destas montañas son mi compañía; las claras aguas destos arroyos, mis espejos; con los árboles y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura. Fuego soy apartado y espada puesta lejos. A los que he enamorado con la vista he desengañado con las palabras; y si los deseos se sustentan con esperanzas, no habiendo yo dado alguna a Grisóstomo, ni a otro alguno el finde ninguno dellos, bien se puede decir que antes le mató su porfía que mi crueldad”.
En palabras periodísticas: para ser realmente libre me he venido al campo a unirme a la naturaleza. He rehusado las propuestas amorosas y no he dado ninguna esperanza a los hombres. Y si Grisóstomo u otros han perdido la vida por mí, ha sido por sus culpas y no por mi voluntad.
Pasemos ahora a La vida oculta, premio Anagrama de ensayo. La literatura no es un pasatiempo baladí. Antes dejaba una enseñanza directa, hoy nos encara con algo que nos altera. A veces no sabemos exactamente que es, pero está allí. ¿Es un propósito deliberado del autor? Es un deseo, una búsqueda. Una manera de incitar a la imaginación y de confrontarnos con lo no sabido, con lo ignorado o dejado de lado.
Hay dos historias en La vida oculta que encantan. La primera se llama dudosas intenciones. Trata el tema de la crítica de lo escrito, no una crítica cualquiera sino aquella empeñada en buscar, encontrar y pregonar un defecto real o imaginado. Puértolas habla de “rescoldo de maldad”.
Déjenme contarles una anécdota. Hace ya varios años entrevistamos a Zygmunt Bauman, uno de los sociólogos más prominentes del siglo XX. Es una larga entrevista, el video tiene 55 minutos. Por fortuna la han visto más de 430 mil personas. Entre las muchas reacciones me encontré con una que decía así: A los 17 minutos vuelve a ponerse el nombre de Bauman, para qué, si ya sabemos de quien se trata.
55 minutos para hablar de las vicisitudes del mundo actual y lo único que se le ocurre a este estimado amigo es señalar el detalle. Y entonces cuánta razón tiene Puértolas cuando dice que ninguna luz proviene de las razones equivocadas.
Todo este rodeo para decir que la aparición de internet, bendito sea en muchos sentidos, aumenta exponencialmente el uso y abuso del rescoldo de maldad o de la maldad pura y destructiva.
El otro capítulo del libro no podía ser de otra manera, “lo que hay detrás del cuento La indiferencia de EVA”. Primero porque cuenta que trabajó en la radio y ese solo hecho ya hace a la autora especialmente simpática a los ojos del entrevistador. Segundo, porque hizo entrevistas a escritores como nosotros tratamos de hacerlo con ella. Y tercero, porque en dos páginas da tres consejos indispensables para el oficio. No entreviste a un escritor si no lo ha leído, porque lo notará enseguida. Ojalá antes de la entrevista surja el detalle que rompa el muro que marca distancias y entorpece la buena comunicación. Y tercero, sea riguroso en la autocrítica porque, aunque no lo diga en voz alta usted sabe si ha hecho bien o mal su trabajo.
La literatura -dice nuestra entrevistada- nace de la vida interior y del alejamiento de la vida. Pero en el mismo párrafo agrega dos otras cosas que se entienden a medias: que la literatura es desequilibrio e insatisfacción. La respuesta o las dudas están en la escucha de la grabación.