Si era impensable un cambio en Venezuela, la realidad de hoy es otra

Todo el poder del régimen venezolano en contra de una mujer, madre, maestra y valiente, María Corina Machado. Puede mantener su inhabilitación, pero ¿basta eso para permanecer en el poder? ¿Cuál será la política de Estados Unidos? Dos escenarios: elecciones libres o dictadura sin tapujos. Venezuela se merece un futuro democrático. José Antonio Gil Yepes, sociólogo, es socio fundador de la encuestadora Datanálisis,de Venezuela.

José Antonio Gil Yepes

Para iniciar esta entrevista busqué una palabra que englobara la estrategia del Gobierno de Nicolás Maduro en este periodo preelectoral. Creo que sería, obstrucción. Hay que implementar todas las medidas que obstruyan el avance de la oposición, como si el único camino para el régimen fuera el mismo camino. ¿Ando muy despistado?

No, no. Ciertamente esas cosas están ocurriendo en múltiples detalles del proceso. Pero lo que más me llama la atención es que el Gobierno que ha tenido los medios para desarrollar una política económica que le genere mayor crecimiento y bienestar al país y a la población no lo ha hecho. No todas las medidas económicas dependen de las sanciones, porque hay muchas cosas internas.

¿Por qué digo esto? Porque el Gobierno vio como desde el 2021 y 2022 creció la economía modestamente, aproximadamente 1% del PIB al mes, frente a una caída acumulada en años anteriores de 75 puntos de pérdida del PIB. Obviamente el 1% al mes es muy poco. Sin embargo, eso le produjo un 1% de aprobación de gestión adicional, de modo que Nicolás Maduro subió del 10% de aprobación de gestión a principios de 2021, hasta 27% de aprobación de gestión en agosto de 2022.

¿Por qué no siguió esa ruta? ¿Qué pasó en agosto? Ese mes se interrumpió el modesto crecimiento por una campaña contra la corrupción dentro del propio gobierno, lo cual hay que reconocerlo. Pero esa campaña señala el inicio de un estancamiento económico que dura más o menos hasta la fecha. El período estuvo acompañado por una fuerte devaluación y un incremento de la inflación entre los meses de agosto hasta diciembre, que sacudieron la economía sin que el gobierno tomara otras medidas.

¿Qué medidas podía tomar el Gobierno fuera del efecto de las sanciones? Devolver propiedades que fueron expropiadas o confiscadas en los últimos 20 años. Podía haber privatizado empresas del Estado. Se trata de unas mil que tienen un funcionamiento deficiente y que algunas están contaminadas con casos de corrupción. Podía recuperar el crédito bancario que ha estado muy reducido como parte de la política de restricción de liquidez para combatir la inflación. Pero se ve que es el momento de que la restricción de liquidez para combatir la inflación es una política que dio su fruto, pero que ya no contribuye a bajar la inflación. La inflación estimada para este año es de 250% y para el año que viene de un 180%. Este sigue siendo el país más inflacionario del mundo.

Así las cosas, uno se pregunta ¿por qué seguir una estrategia electoral tan agresiva, tan llena de incertidumbres en vez de recuperar la conexión con la población?

Pareciera que hay una segunda línea que explicaría por qué ocurre esa estrategia electoral tan agresiva. Se trata de mantener a raya el desarrollo de la empresa privada. Como no estamos dispuestos a ganarnos la reconexión con la población a través de la economía, recurrimos a una serie de incertidumbres y estrategias electorales contradictorias que nos mantienen en jaque.

Qué bueno que menciona el tema de la empresa privada, porque sobre la estrategia de la oposición, usted escribió un artículo en el que dice que María Corina Machado necesita articular una fuerza con capacidad de movilizarse en rechazo a las ventajas del gobierno. Además, desmontar las sanciones que pesan sobre varios gobernantes que les hacen imposible considerar salir del poder. Tres puntualizaciones sobre esta idea. La fuerza opositora podría crecer si los empresarios privados, ajenos al gobierno, asumieran una actitud enfática en favor de la democracia. ¿Por qué no lo hacen?

Primero, fundamentalmente por el poder del gobierno y la cantidad de hilos legales que puede utilizar. Por ejemplo, el control de precios, la limitación de las importaciones, los permisos para construir, para abrir empresas, para operar, para trasladar mercancía, etc. Las herramientas que tiene para ejercer presión sobre el empresariado son innumerables. Eso los pone en una situación de vulnerabilidad. Por otro lado, los empresarios no son partidos políticos. No es su materia. No saben manejar ese tema. En Estados Unidos sí, pero en Venezuela no.

Ahora, que buena parte del empresariado apoya a María Corina Machado, es obvio. Sin embargo, es de manera discreta en función de las circunstancias que vivimos.

En realidad, la permanencia o salida del gobierno se resume en pocos aspectos. Uno, la capacidad de la oposición de articularse para que ante cualquier acción de represión o ilegalidad, ese acto pueda tener un costo para el gobierno. Esa consecuencia tendría que ser a través de la protesta, de una organización capaz de movilizarse de manera significativa. Por ahora no es el caso.

Pudiera considerarse un segundo eje, que es el alto costo de salida para los gobernantes de Venezuela, más ahora que tienen sanciones personales importantes en Europa y Estados Unidos. Si dejan el poder ¿a dónde van sin riesgos importantes para su libertad de circulación y condición económica?

El tema de las sanciones personales es un arma de doble filo. Se trata de una alarma que suena para advertirle al gobernante: usted tiene que seguir una línea apegada a la legalidad. Por otra parte es un incentivo que lleva a hacer todo lo posible para no dejar el poder, porque hacerlo los conduce a un callejón sin salida.

La segunda aclaración es que la oposición podría crecer si se sumaran los jóvenes que hoy están ausentes porque ni aceptan los fines de la política ni la de muchos medios de comunicación. ¿Es posible volver a enamorarlos?

Sí, a través de una nueva forma de hacer política. El triunfo de María Corina Machado en las primarias fue un mensaje contundente al estilo de hacer política de los partidos, tanto de gobierno como de oposición. Por más que ella haya sido de un partido por un tiempo, siempre tuvo especial cuidado de mantener distancia de las acciones organizadas por la Mesa de Unidad Democrática y, luego el G4, el grupo de los cuatro partidos, del cual nunca fue el integrante 5.º. Con los partidos que organizaron las primarias, ella mantuvo distancia con esa gente. Es una outsider. Una independiente.

Están surgiendo formas interesantísimas de hacer política, en la cuales no se trata de fundar un partido para lanzar nuevos mensajes u otras banderas de agitación política con postulados ideológicos. Emerge una forma de hacer política del tipo de sociedad civil, de organizaciones no gubernamentales organizadas y movilizadas sobre las condiciones de vida de la población. Se organiza gente alrededor de la recolección y clasificación de basura. Alrededor de la seguridad personal, de la educación y el apoyo a los muchachos para que tengan libros, cuadernos, lápices, bibliotecas pequeñas pero accesibles en donde pueden estudiar. Que reciban apoyo de profesores dispuestos a darles ayuda para que aprueben las materias. Se está organizando un nuevo tipo de política que no es el momento para verla con evidencia. Pero sí -la detecto- y creo que por ahí está el camino para enamorar a los jóvenes. Todos los partidos, tanto de gobierno como de oposición, no los han tratado bien. Los han usado. Sirvieron de carne de cañón. Fueron los abanderados de grandes movilizaciones, pero después, lo que vieron fueron posturas individualistas de las dirigencias de los partidos y el predominio desde arriba, que saben que no son sinceras, por lo menos con ellos.

La tercera aclaración tiene que ver con el referendo sobre el Esequibo, porque cuando surge el referendo, numerosos analistas dijeron, se trata de una maniobra de distracción del gobierno. Es típico en política buscar o crear a un enemigo. Pero esta idea se desmorona cuando se enteran de que la iniciativa no vino del gobierno sino de un sector de la oposición.

Aún así, a pesar de las críticas de que el Gobierno utiliza el tema para crear consenso y buscar apoyos alrededor de sí mismo, cualquier gobierno hace eso. Rómulo Betancourt fue quien lanzó el tema de la reclamación del Esequibo y lo hizo para buscar algo que uniera a todos los venezolanos frente a la agresión de los golpes de estado de izquierda o de derecha y de la guerrilla. Por el hecho de que uno no sea ADECO o de Acción Democrática, no quiere decir que no apoyáramos a Rómulo Betancourt en un asunto nacional.

Que este tema es usado por el gobierno para generar apoyo, la unidad alrededor de sí mismo o para opacar el triunfo de María Corina, todas esas cosas pueden ser verdad, pero los gobiernos son transitorios y el territorio del Esequibo, que es venezolano, es para siempre, es un hecho nacional, indiscutible. Ahí no puede haber partido.

El venezolano tiene que hacer una profunda reflexión sobre este tema. A qué factores le da más peso, a los transitorios y laterales, como las intenciones que le quieren adjudicar al gobierno sobre este tema o a los intereses permanentes, territoriales, nacionales y patrióticos.

Mi intención era preguntarle directamente si usted tenía esperanzas que hubiese un cambio de gobierno el próximo año en Venezuela, pero lo formulo de manera más cautelosa. ¿Cuáles son las perspectivas?

Hace un año le hubiera dicho que no veía la forma para un cambio de gobierno. Sin embargo, si la apuesta del gobierno -dado el fenómeno de María Corina Machado- es mantenerla inhabilitada y que con eso el camino estaría allanado, esa estrategia carece de dos elementos importantes: uno, la recuperación del crecimiento económico no puede hacerse sin la empresa privada. El Gobierno no tiene las aptitudes ni la formación para desarrollar la economía en Venezuela. Es más, el mismo Maduro, los Rodríguez, etcétera, son gente que tiene cierto acercamiento con la empresa privada. Lo que pasa es que ellos internamente están frenados por otros factores, muy de izquierda dentro de la organización.

Si no se da el crecimiento, cualquier intento se hace cuesta arriba para ganar una elección. Ahora aparece el fenómeno de María Corina con una intención de voto tan alta como la que tiene en encuestas después de la primaria, 58%.

Hay una segunda pregunta: ¿Usted votaría si María Corina se mantiene inhabilitada por un candidato señalado o designado por ella? Tal candidato sigue ganando, con menos porcentaje, pero gana la elección. ¿Qué van a hacer con ese candidato?

En la elección de gobernador del Estado Barinas ganó el original en la elección pasada, lo inhabilitaron después de ganar la elección. Él nombró a su esposa, la inhabilitaron. El movimiento nombró a un tercero, lo inhabilitaron. Por fin nombraron un cuarto. Resulta que el 4.º, en vez de retroceder en votos y participación electoral, subió, y en lugar de ganar por 5000 ganó por 50.000 votos. Esa cadena lo que hacen es irritar al pueblo y si está acompañado por una situación económica muy limitada, imagínese cuál es la respuesta a su pregunta. Antes era muy poco probable, prácticamente imposible. Hoy día la respuesta es, no sé.

 

José Zepeda

Periodista, productor radiofónico, capacitador profesional.

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