Sergio Aguayo: el Estado nos ha dejado en el desamparo
El profesor Sergio Aguayo, del Colegio de México y de la Universidad de Harvard, es uno de los mayores pensadores de México. Principal referente de tanta gente, vino a Holanda a contar cómo, “desde el desamparo”, los mexicanos intentan sobrellevar días aciagos de desprotección estatal, de connivencia entre el crimen organizado e instancias policiales, jurídicas y políticas, que, en lugar de garantizar la seguridad de los ciudadanos, oscilan entre la complicidad, la connivencia descarada y la indiferencia ante el dolor de las víctimas. Aguayo participó en un seminario internacional organizado por el profesor José Aguiar, de la Universidad de Leiden, bajo el título de Desorden a orden: conflicto y recursos de legitimidad en contextos de conflictos, violencia expansiva u otras formas de desorden. En tales circunstancias no es extraño que surjan diferentes de tipos de actores contrarios al Estado que cobran legitimidad entre la población, al proporcionar bienes y servicios materiales e inmateriales.
Het Gravensteen, es el término holandés da nombre a una construcción de comienzos del siglo XIII. Fue la cárcel privada de los condes de Holanda. En 1463 derivó en prisión de la ciudad de Leiden. Los condenados a muerte, a partir de ese momento, fueron ejecutados en la plaza que presidía la cárcel. El año 1556 Gravensteen fue ampliada con celdas que permanecen intactas, con cerrojos gigantes que dan miedo. Mucho más tarde, la Universidad de Leiden tomó posesión del edificio para destinarlo tanto al estudio de derecho como a congresos y seminarios vinculados al debate de las ideas libertarias y a los escollos que tales anhelos deben solventar.
Es allí, en Gravensteen, en donde encontramos al profesor mexicano. Sergio Aguayo es una molestia para el poder, sea este político, económico o delictual. La razón es que destina su autoridad moral, su actitud crítica al servicio de la denuncia de la corrupción, la compra de voluntades y toda laya de mentiras propagadas por los poderes de jure o de facto.
Aguayo, inspirado por la búsqueda de la verdad, en sus análisis, en sus libros, elaborados con antecedentes fiables, previamente confirmados, elude narraciones ideológicas, así como suposiciones subjetivas. Lo suyo es sostenerse en lo verificable, en lo comprobable sin distinción de capillas ni lealtades equívocas. Puede errar, pero nadie, sinceramente puede tildarle de mentiroso.
Todo lo anterior no significa que el profesor actúe en el vacío, por sobre el bien y el mal. Todo lo contrario, su sueño es construir, paso a paso, un México más justo, menos vapuleado por la violencia, más cercano al cariño, la dignidad y el respeto que al dolor, la impunidad y la muerte.
Acceda aquí al texto de la entrevista con Sergio Aguayo.