México: “estamos desarticulados, desanimados, infiltrados, reprimidos, pero estamos despiertos”
Durante la caravana de Ayotzinapa que recorrió Europa la Universidad de Leiden, en Holanda, organizó un seminario internacional para analizar los pormenores de la realidad mexicana tras la tragedia de Iguala, en la que desaparecieron 43 estudiantes. Uno de los oradores más importantes fue el profesor John Ackerman y la organización del encuentro estuvo a cargo del profesor José Carlos Aguiar. Con ambos conversamos en Radio Media Naranja y en Razones de la Palabra.

Quema de boletas electorales, asesinatos, ataques con bombas incendiarias al Instituto Nacional Electoral, protestas callejeras, son algunas de las características del clima violento y enrarecido que vive México a pocos días de las elecciones.
“Para no legitimar el sistema, propongo que todos dejemos de leer periódicos y revistas, de utilizar las redes sociales, de acudir a marchas o de conversar con nuestros colegas, vecinos y amigos. Que cada quien se quede solo en su casa para dedicar la mayor cantidad de tiempo posible a la construcción de su propia burbuja dorada de pureza ciudadana. Así podrás evitar conocer las masacres constantes, la corrupción desbordada y el cinismo institucionalizado que tienen al país al borde del precipicio. Serás más feliz y dormirás tranquilo imaginando que no puedes hacer absolutamente nada para cambiar el sistema”
Así se expresa John Ackerman, Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, columnista en Revista Proceso y La Jornada, Director Editorial del Mexican Law Review. Lo hace a escasos días, el próximo domingo 7 de junio, en el que los electores elegirán 15.832 cargos parlamentarios, de gobernadores y autoridades municipales.
José Carlos Aguiar, antropólogo mexicano, es profesor del Departamento de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Leiden. Aguiar está tristemente sorprendido por la actitud de los gobiernos de la Unión Europea, los que, con la tímida excepción de Alemania, han guardado silencio hasta hoy sobre la desaparición de los 43 estudiantes.