Neruda, la película
El 27 de noviembre de 1947, Pablo Neruda publicó en El Nacional, de Caracas, el texto de «Carta íntima para millones de hombres». En Chile, desde el 4 de octubre de ese año había censura de prensa. La carta contiene duros reproches al Presidente Gabriel González Videla, quien había traicionado a sus antiguos aliados, los comunistas, al tiempo que había desatado una ola de represión y persecución en contra de ellos.
El gobierno decide procesar a Neruda por injurias al Presidente de la República. El poeta acude al Congreso y lee su discurso conocido como «Yo acuso». Luego pasa a la clandestinidad.

Neruda coloca a González Videla como un falso demócrata, un gran oportunista. Con esta alocución el poeta se coloca en una posición vulnerable en la que se gestan los acontecimientos que lo llevan a la clandestinidad y al exilio.
Dice Neruda:
«Estoy orgulloso de que esta persecución quiera concretarse sobre mi cabeza. Estoy orgulloso, porque el pueblo que sufre y lucha tiene así una perspectiva abierta para ver quiénes se han mantenido leales hacia sus deberes públicos y quiénes los han traicionado».
«Yo acuso al Excelentísimo señor González Videla de ser el culpable de estos procedimientos deshonrosos para nuestra democracia».
De la clandestinidad, de sus reflexiones de hombre público, de su experiencia de vida en esta etapa, trata la película Neruda del director chileno Manuel Basoalto. El escenario son las tierras en donde estuvo escondido el poeta, Valparaíso, la región de los Ríos, el desierto de Atacama, Santiago y la cordillera de Los Andes.

Neruda, que se estrenó hace un mes ha recibido variada crítica pero el público que asiste a verla no deja de aplaudir al final de la historia.
Neruda es una película cuyo significado filosófico va más allá de la simplicidad de nuestros tiempos cual mercadotecnia es lo que más agravia las películas, pero esto no ocurre con este filme. La recomiendo.