Gastronomía y literatura, delicias para lectores comilones
En Perú, en 1609, hace más de 500 años El Inca Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales, nos cuenta la afición que tenían los peruanos por el uchu o ají, conocido entonces por los españoles como “pimiento de las Indias”: El premio Nobel de literatura Mario Vargas llosa en la novela Pantaleón y las visitadoras hace que un personaje exclame pletórico: “¿Mejor comida que la chiclayana? Ni la china ni la francesa, señores: ¿qué podrían enfrentar a las diecisiete variedades del arroz con pato?” La mexicana Laura Esquivel tiene una receta de cocina para cada capítulo de la famosa obra Como agua para chocolate.
Estos son solo tres ejemplos de miles a los que podríamos recurrir para ilustrar la importancia de la comida en la literatura. Todo esto viene a cuento porque el escritor peruano Jorge Eduardo Benavides perteneciente a la generación de narradores del país de fines del siglo XX y principios del siglo XXI, ha tenido la feliz idea de ofrecer conferencias sobre la relación entre la literatura y la gastronomía. Así lo hizo recientemente en el Instituto Cervantes de la ciudad holandesa de Utrecht.
No se puede evitar la tentación de citar al argentino Jorge Luis Borges quien, en cierta ocasión, contó con esa ironía tan propia que había decidido divorciarse de su primera mujer la noche en que ella le sirvió de cena, al mismo tiempo, un plato de ensalada y un café con leche. Lo consideró, con toda razón, una combinación inaceptable. «Me di cuenta-dijo-que no me quería»
No nos demoremos más, solo agradecer a la embajada del Perú en Holanda y al Instituto Cervantes los buenos oficios para realizar esta entrevista. Aquí tiene ante sus ojos y oídos, el video o el programa radiofónico con Jorge Eduardo Benavides.