El periodismo valiente de Dina Meza
Dina Meza es periodista hondureña. El poder la persigue desde años con amenazas que van desde el amedrentamiento, pasando por la violación y hasta que la van a matar. Al poder militar, al político o al económico les disgusta que Dina publique artículos en contra de la corrupción, el abuso a los trabajadores, la impunidad ante las graves violaciones de los derechos humanos.
Desde el golpe de Estado de junio de 2009, 32 periodistas han sido asesinados, de los cuales 27 sucedieron durante el gobierno de Porfirio Lobo Sosa (2010-2014). La mayoría de los expedientes permanecen engavetados en el Ministerio Público, el ente que tiene el monopolio de la acción penal en el país. Pero la justificación en el ámbito internacional es que los crímenes nada tienen que ver con el ejercicio de la profesión, a pesar de que no hay ninguna investigación que respalde esta tesis.

La situación de la libertad de expresión en Honduras se encuentra bajo ataque permanente: ejercer el periodismo en un país con altos niveles de impunidad, donde no se investigan los crímenes, las amenazas, la persecución ni otras formas de represión contra los periodistas, es como escribir con una pistola apuntando a la cabeza.
El Comisionado José de Orozco, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos dice que la CIDH ha dado seguimiento a este grave y preocupante tema a partir del golpe de Estado en Hondruas: “Nada afecta al periodismo como la ausencia de investigaciones y el efecto amedrentador que hace vulnerables a los periodistas”. Orozco remarcó que tomando en cuenta las medidas cautelares de la CIDH, “le invitamos al Estado que se sirva impulsar investigaciones diligentes para castigar a los responsables sobre estos ataques”.