Día Internacional de la Radio

Guillermo Parada, colega y amante de la radio me llamó para hablar sobre el 13 de febrero, Día Internacional de la Radio. Guillermo es de la Radio de la Universidad Nacional de Colombia, 98.5 FM.

En el primero que pensé, con motivo de esta celebración. fue en Roberto Garretón, chileno, ex encargado de derechos humanos de Naciones Unidas para América Latina y El Caribe, y uno de los promotores de una nueva Constitución para Chile. Él me decía en una reciente entrevista, a propósito de la pregunta de cómo trataban los medios de comunicación a los nuevos constitucionalistas, que el medio más atento era la radio porque era, de los medios tradicionales, el más democrático de todos. Y tiene razón, la radio ofrece mayores posibilidades de participación que la prensa escrita o la televisión. Este hecho bastaría para afirmar está más viva y compañera que nunca.

Guillermo

Modesta
La radio no es invasiva. Carece de pretensiones exclusivistas. La concentración que requiere un periódico, la fascinación que ejerce la televisión, la dedicación que exige la computadora o el teléfono celular, son todos requerimientos de exclusividad. La radio, en cambio, permite a la gente ocuparse de otros menesteres mientras se la escucha. Las dueñas de casa lo saben mejor que nadie. Esta modestia la hace potencia tranquila.

En el ámbito regional ha sido la radio factor de inclusión a través de relatos sobre la actualidad social, política, económica y cultural. Es la gente humilde la que más ha aprovechado esta posibilidad. El dato es tan esencial que ha llevado a diversos presidentes latinoamericanos, independientemente de su tendencia política, a crear espacios radiofónicos para comunicar y comunicarse con la gente. Lo decía José Mujica, presidente del Uruguay: “necesitamos un tipo de cultura que se propague en el aire, entre en los hogares, se cuele en las cocinas y esté hasta en el cuarto de baño. Cuando se consigue eso, se ganó el partido casi para siempre. Porque se quiebra la ignorancia esencial que hace débiles a muchos, una generación tras otra”. No lo dijo, pero sus palabras pueden aplicarse perfectamente a la radio.

Lenguaje
La radio es básicamente compañía, información, entretención, educación, y lo es por el lenguaje. ¿De qué otro modo  si  no, se pudiese entender la credibilidad de la que goza cuando el oyente simplemente se va imaginando el mundo a través de la palabra? No son solamente los contenidos, la entonación, el ritmo, los silencios, la intensidad, crean cercanía, a tal punto que el oyente deja de serlo para integrarse al relato, sentirlo íntimamente, hasta el grado de ser apropiado y apropiarse de él. Carlos Fuentes, en un recomendable ensayo sobre García Márquez entusiasmado exclamaba: ¡lo que pueden las palabras! Sin ese enamoramiento, sin esa convicción no es factible hacer radio.

Dama de Compañía
bnn_programacionTener una voz o una música en nuestros oídos conjura, muchas veces, los temores y la soledad, males generalizados de nuestro tiempo. La inseguridad existencial agravada por la inestabilidad económica, la inseguridad pública, el excesivo individualismo, la deserción democrática, son algunos factores que crean ansiedad. En esos momentos en que ansiamos una compañía, basta con apretar un botón para no sentirnos solos. La radio está siempre ahí para cuando la necesitemos. Su mensaje, su irrupción oportuna, contribuye a salvar existencias angustiadas. Una palabra dicha a tiempo nos rescata de la soledad, nos reinstala en la vida.

Imaginación
Gustavo Martín Garzo, gran escritor español, en un artículo dedicado a los cuentos infantiles dice que el cuento es una casa de palabras, un refugio frente a las angustias que provocan las incertidumbres de la vida. Es un refugio. ¿No les parece que la radio, cuando es buena, tiene también mucho de aquello, una casa de palabras, en donde encontrar compañía a toda hora, para sentirnos más juntos, más parte de algo?

Soy muy consciente que la radio, como las palabras, pueden servir para la vida y el amor, como para la cultura de la muerte y del odio. Nosotros queremos palabras semilla, palabras germinales. No palabras deshilachadas por el uso abusivo que hemos hecho de ellas. Deseamos rescatar las palabras indigentes, que no tiene en dónde caerse muertas. Como solidaridad, desinterés, honradez.

Por eso, en el día tan nuestro del medio radiofónico, deseo recordar que en esta América multicolor el desafío que tiene la gente de esta vocación insomne que es la radio, son sus deberes sociales, el respeto la diversidad de opiniones, el trato humano y a la información con el respeto que se merecen.

La radio de verdad está para servir o no es radio.

Regreso al comienzo y agradezco, desde la distancia, la motivación de estas reflexiones que me regaló Guillermo Parada.

José Zepeda

Periodista, productor radiofónico, capacitador profesional.

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