Las muertes perpetuas, una novela que rescata luchas estudiantiles y represión en tiempos de Pinochet
Osman Cortés es periodista chileno. Durante años rondó en su mente la historia de las luchas estudiantiles, en la década de los 80, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Especialmente el capítulo de la muerte de dos estudiantes, uno de ellos, parádojicamente, jefe del servicio de inteligencia CNI. El año pasado Cortés concluyó la tarea de escribir un libro que en principio pretendía ser un reportaje pero las palabras lo llevaron de la mano a la narración y el resultado es una novela, Las muertes perpetuas.

Las aguas del río Copiapó se han agotado, el lecho es ahora como cuencas vacías en los que no se refleja nada, salvo la tierra seca del desierto. No hace mucho generaciones enteras crecieron nadando en sus aguas. Gente a la que el contacto con la naturaleza protegió de aspiraciones consumistas. «Éramos felices», dice el autor. La dictadura trastoca esa vida. Instala el miedo, establece el neoliberalismo extremo y modifica las conciencias. No todas. Los estudiantes se rebelan, las mujeres salen a protestar a las calles. El tiempo alcanza el 5 de septiembre de 1984. En la Universidad de Atacama se vivirán horas dramáticas. Dos seres humanos son alcanzados por las balas de soldados del ejército chileno. La muerte intenta explicarse con el argumento de siempre: eran terroristas.
La sociedad recurre al olvido para deshacerse de experiencias traumáticas. Osman Cortés le sale al atajo a esa amnesia colectiva. Su vocación periodística está reñida, por principio, con la resignación. Ahí comenzará la gestación de las muertes perpetuas.

Sería inexacto decir que las más de doscientas páginas giran solo en torno a los hechos de septiembre del 84, días, entre paréntesis, en lo que se creía que caería la dictadura producto de la presión popular chilena. El libro abarca un período mayor, que comienza en los años 60 y se extiende hasta hoy,
Es un testimonio, es un homenaje a los estudiantes, es una historia de amor, es el rescate de una época en una ciudad de provincia, es un canto a la naturaleza maltratada por los hombres. Es, como toda buena novela, esas cosas y otras que usted, como lector, irá descubriendo en las muertes perpetuas.