Charlie Hebdo: el efecto intimidatorio a nuestra libertad de expresión

El sangriento atentado contra la redacción del semanario satírico francés Charlie Hebdo ha conmocionado a toda Europa. Periodistas y escritores condenan unánimemente lo que se considera como un cruel atentado contra la libertad de expresión, uno de los valores más importantes de la Europa Unida.

Todos somos Charlie!. Foto: Ingrid de Vries
Todos somos Charlie!. Foto: Ingrid de Vries

Inmediatamente después del atentado ciudadanos en toda Francia se manifestaron con un lápiz en alto contra este acto de violencia. A fin de cuentas la pluma es más poderosa que la espada más afilada, querian decir. Al día siguiente se produjeron actos de solidaridad en todo el continente. Periodistas de todos los medios, diarios, televisión y radio se distanciaron brevemente de su tan acostumbrada imparcialidad y las redes sociales se llenaron de imágenes del minuto de silencio que se guardó en las salas de redacción. Periodistas publicaron en internet su indignación sobre el atentado y muchos reemplazaron su retrato por el lema ‘Yo soy Charlie’.

Supervivencia
Cabe preguntarse cuántos periodistas europeos se atreverán a ser ‘Charlie’, cuando se presente la oportunidad. Nadie lo dice en voz alta, pero muchos se preguntan en silencio si ellos mismos sacrificarían todo para defender la libertad de expresión. La sangre de los colegas de Charlie Hebdo tiene un efecto intimidatorio. Tenemos el ejemplo de México, donde muchos periodistas que se atrevían a denunciar abiertamente la corrupción y el narcotráfico han sido amenazados o incluso asesinados. En consecuencia muchos colegas optan por el anonimato, por formular cuidadosamente o incluso por no tocar más el tema.

Theo van Gogh
El atentado de Paris afecta especialmente a los holandeses. Hay semejanzas con el asesinato del cineasta y periodista Theo van Gogh que fue apuñalado el 2 de noviembre del 2004 en una calle de Ámsterdam por un fundamentalista musulmán. Al igual que en París el autor lo hizo en nombre de Alá, porque Van Gogh se había expresado muy críticamente contra el fundamentalismo islámico.

Después de ese asesinato casi ritual surgió una intensa disputa entre intelectuales holandeses sobre la pregunta si Van Gogh había ido demasiado lejos con sus ‘provocaciones’. Algunos aconsejaban no dar demasiada publicidad a la religión musulmana del autor. Otros alegaban que la crítica contra el cristianismo no causa problemas pero la crítica al Islam provoca más terrorismo. Y también ahora, después del atentado terrorista en París, surgen voces de que Charlie Hebdo habría sido ‘racista’ y ‘colonialista’ con su crítica contra el fundamentalismo musulmán.

Autocensura
El día después del atentado el filosofo holandés Afshin Ellian publicó un artículo criticando duramente esa postura con el titular: ‘La autocensura es tan dañina como el terrorismo islámico’. Ellian dice entre otras cosas: “Hoy los medios serán solidarios con los críticos del Islam, pero mañana se dirigen en contra de las voces críticas diciendo que la ‘islamofobia’ es la causa de los actos terroristas”.

El filósofo, de ascendencia iraní, señaló que, igual que después del asesinato de Van Gogh, los intelectuales ‘políticamente correctos’ abogaron por moderar la crítica contra los excesos del Islam. Esa autocensura, dice Ellian, es también un ataque contra la libertad de expresión. La verdad es, según el filósofo que “no todos los musulmanes son terroristas, pero todos los terroristas islamitas son musulmanes”.

Wim Jansen

Periodista

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