Rara, película chilena sobre justicia, tutela de hijos y lesbianismo

Rara se llama la película chilena que cuenta la historia inspirada en el caso de una jueza chilena a quien le quitaron la custodia de sus hijas por ser lesbiana. Karen Atala no se resignó y encaró una lucha judicial que le dio razón dos veces, pero la Corte Suprema de Chile falló, finalmente, en favor del padre. Años más tarde la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una sentencia en contra del Estado de Chile y exigió compensación para las víctimas. Rara, de Pepa San Martín, recrea este episodio.

La directora chilena Pepa San Martín en el momento de la entrevista con Radio Media Naranja
La directora chilena Pepa San Martín en el momento de la entrevista con Radio Media Naranja

Rara se exhibió en la Berlinale, en Alemania, en una sala repleta con más 700 personas, la mayoría menores de edad. Luego se presentó en el Festival Internacional de Cine de Róterdam, en donde conversamos con la directora Pepa San Martín.

Las dos argumentaciones de la Corte Suprema de Chile para justificar la tutela de los niños por el padre afirma que: «aparte de los efectos que esa convivencia puede causar en el bienestar y desarrollo psíquico y emocional de las hijas, atendida sus edades, la eventual confusión de roles sexuales que puede producírseles por la carencia en el hogar de un padre de sexo masculino y su reemplazo por otra persona del género femenino, configura una situación de riesgo para el desarrollo integral de las menores respecto de la cual deben ser protegidas» y «la convivencia entre Atala y su pareja, sitúa a las menores en un estado de vulnerabilidad en su medio social, pues es evidente que su entorno familiar excepcional se diferencia significativamente del que tienen sus compañeros de colegio y relaciones de la vecindad en que habitan, exponiéndolas a ser objeto de aislamiento y discriminación que igualmente afectará a su desarrollo personal».

La sentencia del 24 de febrero de 2012 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), llegó para enmendar la injusticia y se transformó en una prueba de cómo los Estados vulneran los derechos de gais y lesbianas, con prejuicios que nada tienen que ver con la ley y la igualdad.

No podemos reproducir aquí la extensa sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero sí mencionamos algunos acápites sustantivos.

2. El Estado es responsable por la violación del derecho a la igualdad y la no discriminación consagrado en el artículo 24, de la Convención Americana, en perjuicio de las niñas M., V. y R. El Estado es responsable por la violación del derecho a la vida privada consagrado en el artículo 11 de la Convención Americana, en perjuicio de Karen Atala Riffo, El Estado es responsable por la violación del derecho a ser oído. El Estado es responsable por la violación de la garantía de imparcialidad consagrada en el artículo 8.1, la Convención Americana, respecto a la investigación disciplinaria, en perjuicio de Karen Atala Riffo.

Por unanimidad decide, que:
1. Esta Sentencia constituye per se una forma de reparación.
2. El Estado debe brindar, la atención médica y psicológica o psiquiátrica gratuita y de forma inmediata, adecuada y efectiva, a través de sus instituciones públicas de salud especializadas a las víctimas que así lo soliciten, de conformidad con lo establecido en los párrafos 254 y 255 de la presente Sentencia.
3. El Estado debe realizar las publicaciones indicadas en el párrafo 259 de la presente Sentencia, en el plazo de seis meses contado a partir de la notificación de la misma.
4. El Estado debe realizar un acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional por los hechos del presente caso, de conformidad con lo establecido en los párrafos 263 y 264 de la presente Sentencia.

Rara pone énfasis en el sufrimiento de los niños, las víctimas casi siempre olvidas en medio de la batahola de los adultos.
Si los potenciales espectadores se imaginan que irán a ver una película militante, de buenos y malos, de heterosexuales en contra de homosexuales, se equivocan. Rara no ve el mundo en blanco y negro, no afirma, plantea, no regala conclusiones, pide que cada uno piense y saque sus propias cuentas, porque, al final, los cambios culturales responden a las convicciones o creencias de la sociedad.

José Zepeda

Periodista, productor radiofónico, capacitador profesional.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Resuelva la operación: *