Juan Guaidó: sobrevivir en Venezuela es un trabajo a tiempo completo

El gobierno de Nicolás Maduro se apresta a cerrar el círculo del poder el próximo seis de diciembre. El grueso de la comunidad internacional dice que no hay condiciones mínimas para una elección libre y justa. Pero eso no le preocupa al régimen cívico militar de Venezuela mientras cuente con el respaldo decidido de las armas y del aparato represivo. A los discursos de condena internacional se les responde con una profundización del totalitarismo.

En la vereda de enfrente el presidente encargado, Juan Guaidó, desarrolla su política en tres frentes paralelos: rechazo al acto electoral de diciembre que cuenta con un consenso político importante en la oposición, salvo algunos ciudadanos que, a título personal, van a ir a votar. Seguido, una semana más tarde de una consulta popular alternativa para preguntarle al pueblo si quiere presiones internas e internacionales que allanen el camino a elecciones libres. El segundo frente es el apoyo a las crecientes protestas callejeras sectoriales y el tercero, mantener en alto la disponibilidad al diálogo y la negociación para facilitar una transición democrática. A tal punto que Guaidó plantea que tanto él como Maduro deberían dar un paso al costado para posibilitar un gobierno transitorio de unidad nacional, con cinco integrantes, que tenga por misión convocar a la brevedad elecciones libres, justas y verificables

El presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó
El presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó

El mandatario encargado esboza en esta entrevista exclusiva algunos puntos neurálgicos de su política y no escatima adjetivos para condenar a quienes han sido señalados como acusados de crímenes de lesa humanidad.

 Señor presidente, quiero comenzar con el Informe de Derechos Humanos de Naciones Unidas, porque la verdad es que se han necesitado prácticamente quinientas páginas para dar cuenta de las violaciones y de crímenes de lesa humanidad que comprometen fundamentalmente a las tres autoridades máximas del país, el presidente, el ministro del Interior y el ministro de Defensa. Dicho lo cual, tengo la impresión de que no van a ser por el momento requeridos por la Corte Penal Internacional. Se lo pregunto por un matiz particular, que tiene que ver con la actuación de la comunidad internacional en la crisis.

Es primera vez en la historia de América Latina que un régimen actuante, que a un dictador en funciones se le señala como violador de derechos humanos, como criminal de lesa humanidad. Ni en el momento más oscuro de la dictadura argentina e incluso de la chilena ocurrió algo parecido. Los juicios y las condenas fueron posteriores a la transición democrática.

En este momento el mundo atraviesa una crisis producto de la pandemia que ha vuelto inocultable la interdependencia que tenemos, más que nunca, como sociedad. De manera que en la comunidad internacional lo que está en cuestión son los mecanismos que existen para enfrentar crisis de esta magnitud. Me refiero al Tratado Interamericano Asistencia Recíproca, TIAR, a la Carta Interamericana de los Derechos Humanos, entre otras cosas. Debemos preguntarnos cuan pertinentes son las medidas de presión y sanciones para la defensa de valores, de derechos elementales, de asedio a la corrupción. Venezuela tiene más de cinco millones de refugiados en la región, es una tragedia en busca de respuesta.

Tenemos una emergencia humanitaria compleja y tuvimos que llegar al informe de la Misión Internacional Independiente de las Naciones Unidas de determinación de los hechos sobre Venezuela para establecer lo que ya sabíamos, lo que venimos denunciando desde hace muchos años y que sufrimos en carne propia. Lo digo incluso por mi familia. Tengo un tío que estuvo precisamente en un centro de tortura. La ignominia ha llevado a ponerle nombre a las celdas y a las torturas. Por ejemplo, la crucifixión (brazos extendidos y esposados a tubos o rejas) y el pulpo (un cinturón de metal con cadenas para inmovilizar las muñecas y los tobillos) Como no podía faltar, el uso de descargas eléctricas en los genitales. Se narran testimonios dantescos de mujeres embarazadas golpeadas e incluso perdiendo sus hijos (Las celdas llevan nombres como el cuarto de los locos, el ascensor, el submarino, el tigrito, el bañito)

En este momento creo que el reto que tenemos no es solamente visibilizar la crisis, no solo describir la catástrofe, sino buscar alternativas de solución al conflicto. Venezuela, vive una suerte de guerra, de una dictadura en contra del pueblo. Se pretende acallar nuestras voces, socavar el estado de derecho. No vemos caer bombas, pero sufrimos la caída de la lejanía de nuestros familiares que están en el exilio en calidad de refugiados.

 

El reto es evaluar las herramientas que tiene el mundo libre para apoyar a los venezolanos, porque si hay algo que refleja el informe es el testimonio vivo de una sociedad que no se rinde, que exige sus derechos, que busca formas de resolución pacífica del conflicto. En definitiva, lo que queremos es algo tan elemental como justicia.

La mejor alternativa es mantener alineada a la comunidad internacional ejerciendo presión, y en Venezuela, movilización con alternativas de solución.

No queremos revancha de ninguna manera. Lo que nos guía es una alternativa real que pasa por la transición y por elecciones realmente libres.

A propósito de elecciones. El seis de diciembre el Gobierno va a hacer elecciones a como dé lugar. Hay gente que quiere ir a votar y lo va a hacer. Hay que gente que no quiere ir a votar, que rechaza la convocatoria. ¿Cómo están las cosas en este momento?

Permíteme una sutileza. Todos queremos votar, queremos elegir, participar. Esa es la verdad. Hoy en Venezuela lo que presenta la dictadura lamentablemente no es una elección, no reúne ni un ápice de condiciones de un evento justo. Por el contrario, lo que pretende el régimen es acentuar, abonar en la tragedia, en más aislamiento, en menos confianza, en menos inversión en Venezuela, en menos generación de empleo, en inminentes desastres ambientales. En este momento un buque con más de un millón de barriles de petróleo es propenso a derramarse en el Mar Caribe y de cara a la fachada atlántica de Venezuela. Eso es un desastre absoluto.

Te garantizo que no es un grupo o un sector, no, toda Venezuela quiere votar, expresarse, elegir, definir nuestro futuro. Y esa precisamente es la lucha, explicar que lo de diciembre no es una elección, es un fraude cantado, tal y como lo percibe la Unión Europea, como lo dice la OEA, como lo afirman nuestros aliados.

Qué dicen los partidos políticos…

Hay un acuerdo unánime en este momento. La única voz disidente en su momento fue la de Henrique Capriles, quien declaró recientemente que no hay condiciones para participar en ese fraude. Es decir, hoy tenemos más unión que hace una semana.

¿Debo pensar, en consecuencia, que paradójicamente el llamado a las elecciones del Gobierno ha servido para acercar más a la gente de la oposición?

Nos aglutinado aún más. La dictadura ha sido muy torpe en ese sentido. Está sola, aislada, y su mejor aliado hoy es un proveedor caro de gasolina. Irán no es un compañero ni siquiera de carácter ideológico. El punto de vista iraní sobre el comunismo es muy distinto de lo que propone la dictadura de Maduro.

El mundo entero señala al gobierno de Venezuela como lo que es, delincuente de lesa humanidad. Por ello estamos unidos en rechazar el fraude, en levantar las banderas de una solución mediante elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas, verificables.

Por supuesto, no podemos, en ningún momento, dejar de lado a nuestra gente cuyo sufrimiento es muy profundo: la emergencia humanitaria, la pandemia, el dolor, la lejanía, la impotencia. Una maestra de escuela, por Dios, gana un dólar al mes.

Hoy se registraron 67 protestas en Venezuela, no solamente de los profesores y maestros, también de las enfermeras, de los médicos. La dictadura hace lo imposible por invisibilizarlos, lo que es propio de estos regímenes, pero ahí está la exigencia latente de un pueblo que contradice rendirse, que se opone a callar.

Nosotros no hemos puesto en la mesa de la mediación que tuvimos con el reino de Noruega referencias a las sanciones. Tenemos un mecanismo para el levantamiento de todas las sanciones en Venezuela, que pasa por la transición, por un árbitro electoral independiente, para que no se persiga en Venezuela, para respetar la libertad de expresión, para convocar elecciones presidenciales y parlamentarias. Y aquí, esas sanciones son culpa de los corruptos y violadores de los derechos humanos. De cara a una transición, recuperaríamos confianza en Venezuela.

Dos aspectos finales sobre el tema de las elecciones. Un escenario posible: hay elecciones el seis de diciembre. Por falta de participantes gana el oficialismo por abrumadora mayoría. El gobierno de Maduro instala una nueva Asamblea Nacional. Este escenario priva a la oposición del único elemento que todavía tenía en sus manos, con lo cual el régimen de Maduro cierra el círculo de la conquista total del poder. Dígame usted, por favor, que estoy equivocado.

Fíjate, la comunidad internacional ha dicho que no reconoce ese fraude que propone la dictadura.

Así lo dijo la Unión Europea, efectivamente.

Sí, ese objetivo de la dictadura lo recoge el informe que generó la Comisión Independiente de la ONU. Dice algo que es revelador y que no debemos perder de vista. El objetivo de la dictadura es privar a Venezuela de un alternativa democrática y aniquilar todos los condiciones morales, sociales, políticas y físicas de los detractores. Ahí están los testimonios de persecución, tortura, cárcel y asesinato político.

La verdad, en la práctica, en el hecho político, no va a cambiar la situación que tenemos. La dictadura no reconoce el Parlamento que yo presido, y que sí lo hacen 60 naciones del mundo. Reconocen a un señor llamado Luis Parra, quien fue visualizado hace pocos días en un video, que grabó alguno de sus socios, recibiendo soborno de la dictadura para tratar de doblegar al Parlamento Nacional. Tienen algo que ellos denominan la Asamblea Nacional Constituyente, que ya dijeron que no era para hacer una nueva Constitución. Es para perseguir, evidentemente.

Por nuestra parte seguiremos avalados a nivel internacional y, por cierto, vamos a ser más perseguidos. Ese será el resultado en la realidad. En el hecho, la dictadura tendrá un argumento más, una excusa más para perseguirnos ¡como si la necesitaran! pero la van a utilizar simplemente como argumento.

Por otro lado, se exponen nuevamente. Fíjate cómo les salió el 20 de mayo del 2018 (fecha en que Maduro fue reelegido presidente) Muy mal, política e internacionalmente hablando, diplomáticamente hablando. Hoy hay mucha más claridad que ese 20 de mayo del 2018. Nos tomó hasta enero del 2019 explicar al mundo lo que estaba pasando. Finalmente se reconoce aquello como un fraude, como una treta del régimen.

Último aspecto de las elecciones. Supongo que de realizarse elecciones limpias, transparentes y democráticas el par de millones de compatriotas suyos que viven fuera de Venezuela, van a tener la oportunidad de ejercer su derecho a voto.

Una de las claves de una elección libre, justa y verificable, como las hemos denominado -ya vez, solamente en dictadura se le pone apellido a las elecciones- es precisamente el derecho a elegir y ser electos. ¿Qué quiere decir esto? Sencillamente que no es la dictadura quien elige a nuestros candidatos con inhabilitaciones, persecuciones, exilio forzado, tortura; y que los venezolanos, estén donde estén, tendrán el derecho precisamente a la participación y el voto.

Cuando usted se juramentó como presidente encargado de la República Bolivariana de Venezuela, el 23 de enero de 1919, marcó un hito importante porque a eso le siguió un reconocimiento internacional significativo. ¿Siente usted que el tiempo transcurrido corre en favor del régimen y eso debilita la presencia de Juan Guaidó?

El tiempo transcurre en contra de los venezolanos. Viéndolo en perspectiva, a casi dieciocho 19 meses de esa acción política constitucional que derivó en el reconocimiento, en la innovación democrática para enfrentar una dictadura, ha sido un proceso largo, doloroso para todos. No significan nada más que dos años, sino también de todo lo que hemos sufrido. 75 % ciento de contracción de nuestra economía en los últimos siete años. Solamente países en guerra padecieron algo parecido.

Pero la verdad es que el tiempo no va en favor de Maduro. Maduro está un día más usurpando funciones, no tiene un país que lo reconoce, ni un préstamo adicional, no tiene cómo solucionar la crisis de combustible. Venezuela, el país con las mayores reservas de petróleo del mundo, ahora no produce petróleo. Entonces, Maduro tampoco gana, al revés, pierde todos los días secuestrando el poder y exhibe impúdicamente esa aberración como un factor de éxito. Hace grandes esfuerzos para hacerse ver, entre comillas, ganando, cuando en verdad pierde respaldo y respeto de la comunidad venezolana e internacional. No puede poner ni siquiera gasolina a un vehículo en Venezuela ni trasladar la cosecha que siembran nuestros campesinos.

Esa es la cruda verdad.

En Venezuela tampoco gana el gobierno encargado de Juan Guaidó porque Maduro sigue ahí. Esa es nuestra variable de éxito, lograr la transición mientras atendemos la emergencia, visualizamos la crisis, mientras resistimos. Así que te puedo decir que mientras Maduro prevalezca, toda Venezuela pierde. La única posibilidad de ganar para la nación y la región es con una transición democrática.

Hay una tentación. Debo decirlo en voz alta: que los países del mundo se acostumbren a vivir con el dictador. Lo hemos visto en otras naciones, en otras regiones. Eso sí sería lamentable.

Hubo, no hace muchos años atrás, un momento en que el gobierno venezolano tenía dinero hasta para regalar. Hoy día Venezuela no produce petróleo. ¿De dónde sale el dinero que maneja el gobierno?

Primero, brevemente, algunos indicadores: 75 % de contracción del Producto Interno Bruto, es decir, destrucción de la economía. La inflación se cuenta por millones en Venezuela. El poder adquisitivo no existe. Dos dólares el sueldo mínimo mensual. Según Naciones Unidas, menos de 1,90 dolor al día es pobreza extrema y aquí tenemos dos dólares el sueldo del mes, por la corrupción, por la ineficacia. Invirtieron 300 mil millones de dólares en la industria petrolera venezolana y la quebraron. Venezuela fue el cuarto país del mundo que en los últimos 12 años invirtió más en su industria petrolera. El primero, si no me equivoco, es Estados Unidos, luego Rusia, seguido de Arabia Saudita. Esos países duplicaron la producción petrolera en el mismo período de inversión. Venezuela pasó de casi tres millones de barriles a 300 mil. ¿Qué pasó con el dinero? Se lo robaron.

¿De qué vive hoy la dictadura? De una economía casi paralela, del oro extraído del sur de Venezuela, que podemos catalogar como oro de sangre, en un paralelismo con lo que fue el conflicto de los diamantes en África del Este. Tiene las mismas características: financiamiento de grupos irregulares, trata de personas, contrabando de armas, lavado de dinero, ecocidio, etnocidio con el desplazamiento de más de veinte comunidades indígenas en el arco minero, como se denomina en el sur de Venezuela.

Por todo ello a Maduro se le señala en vinculación con el terrorismo regional, con el narcotráfico, con crímenes en contra de la humanidad.

El informe internacional se queda corto porque no recoge el ecocidio en curso. Cuando esto termine y aflore toda la verdad será algo sin precedentes.

De eso es de lo que vive la dictadura, más los 300 mil barriles de petróleo, aproximadamente, que puede extraer aún.

Cuando se vive una realidad como la venezolana, lo primero que se pierde es la verdad. Y cuando se pierde la verdad, lo que surge es un mal de chismes, de comentarios, de cosas verdaderas y otras medias falsas o medias verdaderas. Uno de esos chismes famosos asegura que hay conversaciones confidenciales entre el sector de Guaidó y el gobierno. Obviamente, no le pido que usted que me dé detalles, pero ¿es cierto eso?

No hay en este momento conversaciones. No las hay porque la dictadura ha utilizado estos mecanismos para burlarse de cualquier resolución.

Coincido 100% con esa expresión de que una de las primeras víctimas en dictadura es la verdad, y también el uso del lenguaje. A veces se ve trastocado. Hoy en Venezuela hablar de negociación o diálogo es feo, está mal visto. Es la reina de los mecanismos de resolución de conflicto, pero, la dictadura ha manoseado tanto el concepto, lo ha trastocado de tal modo que hoy se ve mal referirse a la negociación.

Ojo, nosotros en ningún momento hemos negado esa posibilidad. Tanto así que estuvimos en la mediación de Noruega ¿Qué sucedió? La dictadura lamentablemente se levantó de ahí y salió corriendo, arguyendo excusas acerca de las sanciones. Presentamos una alternativa, pero no hubo caso. Nosotros, para cualquier mecanismo de resolución al conflicto vamos a estar presentes. Evitamos utilizar la palabra negociación o diálogo para que no se nos malinterprete en casa. Pero nos negamos a que se lo utilice o nos utilicen para ganar tiempo, para distender, para pensar que se pueden burlar del pueblo de Venezuela, cuando hoy está muy claro el respaldo a la negociación. Lo ha dicho Europa, Estados Unidos, la OEA, Colombia, Brasil, Corea del Sur, Japón. Elecciones presidenciales y parlamentarias libres, con garantías para todos los sectores, no solo para la oposición, para todas las alternativas democráticas, para todos los sectores que deseen participar en ese proceso.

¿Tiene alguna importancia para su visión política de futuro el resultado de las próximas elecciones en los Estados Unidos?

Los Estados Unidos decidirán de manera soberana lo que quieren. Debo agradecer a la administración del presidente Donald Trump el soporte que hemos recibido, un apoyo que es bipartidista. Tenemos una muy buena relación en el Senado. Y adicionalmente, debo decir, Maduro no solo tiene un problema con la Casa Blanca, con el Senado, lo tiene también con un poder independiente, que es el Poder Judicial, con una demanda penal por narcotráfico y terrorismo. 15 millones de dólares pesan como recompensa sobre Maduro. Si buscas en Internet las cinco recompensas más alta de la historia, Maduro está entre las tres primeras. Por El Chapo Guzmán se ofrecía algo así como 8.5 millones.

Estoy seguro de que hoy nadie está cómodo con tener a un narcotraficante de vecino, mucho menos a un delincuente de lesa humanidad, o a alguien que ha denigrado la condición humana en tan grande medida.

Imagínate el desespero que hay que sentir para preferir caminar miles de kilómetros, salir de tu casa, apagar todo, agarrar un bolsito con lo que encuentres a la mano, agarrar a tu hijo en los brazos y marcharte. Cuán inmenso debe el desespero que sufre alguien para preferir eso a quedarse un día más luchando. Por eso llamó a la reflexión del mundo libre a ver cómo actúan los autoritarismos con tanta agilidad, con aparatos de propaganda siempre despiertos, y las democracias a veces van en ese sentido un paso atrás.

Usted se ha referido al tema a lo largo de toda nuestra conversación: las principales víctimas de esta crisis política, social, económica, es el pueblo de Venezuela. Da la impresión de que mucha gente venezolana ha perdido el horizonte del futuro y está tan desesperanzada, porque tiene razones para ello, pensar en el día de hoy, no puede pensar en que cómo paso este día, cómo sobrevivo ¿Cómo se le devuelve a esa gente, a esa mayoría la esperanza en otra Venezuela?

Bueno, te tengo una buena noticia, José. En estos momentos hay centenares de personas en la calle protestando. Eso habla de la dignidad humana, de la resistencia, de la tolerancia, no de la maldad, por el contrario, de aguantar para pensar en el futuro.

La mejor lección es la que están dando los maestros venezolanos que ganan la vergüenza dos dólares al mes, después de años de estudio, posgrados, formación. Allí están protestando, no solamente por sus reivindicaciones laborales, sino por el futuro de nuestros niños, por la educación.

Ahora hay un punto que es cierto, sobrevivir en Venezuela es un trabajo a tiempo completo. Colocar gasolina al vehículo -lo que es normal en cualquier parte del mundo- en Venezuela es una hazaña. Horas de espera. Se pierden cosechas en el campo porque no pueden ser trasladadas a un territorio con hambre. Lo dijo el Programa Mundial de Alimentación, Venezuela está entre los cinco países con riesgo de hambruna, junto a Sudán del Sur, Afganistán, el Congo. Imagínate, estoy seguro de que tú, José, pensabas, hasta hace poco, Venezuela es un país rico, entre comillas. Un tercio de nuestros niños sufre desnutrición crónica. Eso no pasa en un día, no pasa en un año, ni siquiera en dos años. Es el producto de un modelo que destruye a Venezuela.

Ciertamente hay muchos que piensan que la salida es emigrar. Lo comprendo. Pero la mejor salida que tenemos es resistir, luchar a pesar de las dificultades y cómo podría negarlas. Es muy doloroso porque no solamente falta gasolina, no tienes que comer. Al drama diario hay que agregar que si protestas te torturan, llega la fuerza de acción especial que asesinó a casi 18000 personas en sectores populares. Se hacen presente para advertir a esos sectores empobrecidos que si reclaman los van a asesinar o, por lo menos, les van a quitar el subsidio alimentario.

Esto que cuento parece una película en blanco y negro de mediados del siglo pasado o de dictaduras que parecían erradicadas del mundo. Pero son nuestras circunstancias y lo que explica la lucha en las calles, organizándonos, uniéndonos.

Presentamos un plan país, la recuperación económica es posible en Venezuela, como factible es la prosperidad que genera empleo y crear las condiciones para abrazar el regreso de nuestros familiares.

Ahí están afincadas nuestras esperanzas del mañana.

José Zepeda

Periodista, productor radiofónico, capacitador profesional.

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