El vuelo de Evo Morales y la vergüenza de algunos países europeos

El presidente de Bolivia, Evo Morales partió ayer de Moscú tras un encuentro de países exportadores de gas. Varios países europeos, España, Portugal, Francia e Italia le prohibieron el uso de su espacio aéreo. El avión presidencial se mantuvo en tierra 13 horas, en Viena, porque se sospechaba que a bordo viajaba el ex funcionario norteamericano Edward Snowden.

Evo Morales presidente de Bolivia. Foto: Raúl López
Evo Morales presidente de Bolivia. Foto: Raúl López

El presidente en funciones, Álvaro García Linera, dijo desde La Paz que Morales fue «secuestrado» por «la prepotencia» ejercida por «algunos gobiernos europeos digitados por el gobierno de EEUU».

La indignación plenamente justificada ¿ha llevado a las autoridades bolivianas realmente al uso de términos excesivos? Todo indica que no. Efectivamente el secuestro es la retención de una persona en contra de su voluntad por razones económicas u otras exigencias. Y ese ha sido precisamente el caso.

Lo otro es más grave. Nadie duda que los gobiernos europeos aludidos actuaban por sugerencia de los Estados Unidos. El proceder tiene todos los agravantes imaginables.

En primer lugar, la violación flagrante del derecho internacional para satisfacer el deseo de un país que parte de una información mendaz.

En segundo término, estos países fueron incapaces de dar la cara e informar de la verdadera razón de su proceder. Siempre hablaron de situaciones técnicas, nunca de sospecha de traslado ilegítimo de una persona requerida por la justicia norteamericana por develar una de las mayores acciones de espionaje a espaldas de todo control y autorización.

En tercer término, esto se le hace a un presidente de la república de un país pequeño como Bolivia. Si hubiera sido otro el mandatario es seguro que se habrían privado de tamaña insensatez. Lo cual apunta a que si lo hicieron es por pura discriminación con el más débil. Especialmente si no es de los nuestros.

En cuarto lugar, quienes dieron las instrucciones no calcularon que no podrían mantenerlas y que contrario a sus propósitos han generado una ola de simpatía y solidaridad que el presidente de Bolivia no se esperaba en estos días.

Finalmente, como andan diciendo por allí en América Latina, estos países europeos involucrados en el desatino, quedarán por largo tiempo como “los que se bajaron los pantalones”. Un acto vergonzoso de pleitesía y violación de normas civilizadas que tanto empeño ha costado instaurar. No es precisamente como para que se sientan orgullosos de su proceder.

Tal vez el arribo a este punto hondo de las tensiones entre Bolivia y Estados Unidos podría servir para que ambos meditaran más seria y políticamente sobre el futuro. Desde el lado estadounidense es preciso asimilar que la dignidad de las naciones se ha visto demasiadas veces ignorada por políticas que han causado más daño que beneficio. En este sentido no se pide tratos especiales, tan solo de respeto y de comprensión. Por eso cuando Evo Morales reclamó mayor consideración para con su país recibió el apoyo de prácticamente toda la oposición.

Desde el lado del gobierno de La Paz, es menester combinar la exigencia de respeto con la necesidad de mantener buenas relaciones con todos los países, especialmente si uno de ellos es la mayor potencia mundial. La globalización está enseñando algo que deberíamos haber aprendido hace mucho: nadie se salva solo. Nos necesitamos. Servir al pueblo también es posibilitar el acceso a los bienes del desarrollo que están muchas veces puertas afuera del país.

Escuche las declaraciones del embajador de Bolivia en Holanda y Portugal, Roberto Calzadilla:

Ver también: 

Francia, España y Portugal impiden al presidente Evo Morales el uso de su espacio aéreo

Cumbre de los pueblos en defensa de Evo Morales

Bolivia

José Zepeda

Periodista, productor radiofónico, capacitador profesional.

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