Siguen matando a la palabra en México
Se llamaba Javier Valdez Cárdenas, era periodista de gran prestigio en México y fuera del país. Lo mataron a balazos el pasado 15 de mayo, a plena luz del día, en Culiacán, Sinaloa. Once días antes el presidente Enrique Peña Nieto se comprometió a priorizar el combate a la impunidad en los asesinatos de periodistas durante el resto de su mandato, que termina el próximo año. Javier había escrito, entre otros, el libro Narcoperiodismo en donde cuenta las historias de periodistas ultimados por narcotraficantes y sus secuaces.
La muerte de Valdez Cárdenas conmocionó al país y sacudió la modorra del estado para tratar las agresiones a los periodistas. Falta saber si las autoridades son conscientes y están dispuestas a tomar medidas para sanear esa parte de su estamento que es responsable de muchas agresiones a los periodistas. El amancebamiento entre políticos, narcotraficantes, miembros de la policía y del ejército, desangran a México.

Pueden matar a quienes esgrimen la palabra como razón de vida, pero no pueden matar a la verdad. Y la verdad es que siempre alguien tomará el relevo para contar lo que sucede, para informarle a la gente, para impedir que el crimen y el delito sean considerados un destino.
Según Reporteros sin Fronteras de 180 países, México ocupa el lugar 147. Es el país de occidente más peligroso para ejercer el periodismo.
Cuando los periodistas o reporteros cubren temas relacionados con la corrupción de las autoridades o con el crimen organizado, padecen intimidaciones, amenazas o, simplemente, pueden ser asesinados a sangre fría. Casi la totalidad de los crímenes se perpetran sin castigo. Es así porque la impunidad reina en México.
Algunos de los parlamentarios que han sido elegidos por el voto popular son políticos que tienen vínculos con el crimen organizado.
En su informe del año 2014 Artículo 19, una organización mexicana de defensa de la prensa y sus trabajadores decía que cada 26.7 horas se agrede a un periodista. Vale decir, en la actual administración de Enrique Peña Nieto las agresiones contra la prensa casi se duplicaron, en relación con el gobierno anterior.
Según la Fiscalía para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, en algo más de seis años -de julio de 2010 al 31 de diciembre de 2016- se registraron 798 denuncias por agresiones contra periodistas. El 99,7% permanece sin condena.
Es de esperar que se termine definitivamente la pretensión de las autoridades de criminalizar a las víctimas, endosándoles prácticas delictivas, acusándoles de connivencia con los delincuentes o que han sido ultimados por razones pasionales. Ya nadie se cree esos cuentos que más bien hablan de la miseria moral de sus propagadores.
Seis antecedentes principales del informe anual Estado de Censura, de Artículo 19:
12 asesinatos
58 denuncias por privación ilegal de la libertad
81 ataques físicos o materiales
76 amenazas
79 intimidaciones
23 desaparecidos

Ana Cristina Ruelas, nuestra entrevistada, es directora de Artículo 19, sección México.