Gabo: el milagro de las palabras
Nunca hubo soledad más querida ni más amados tiempos del cólera. Conociéndolo, su próxima novela versará, ciertamente, sobre su experiencia después de la muerte.
No hay lengua sobre la tierra que no lo conozca.
Su mayor mérito y una de las claves de su grandeza fue poblar nuestras imaginaciones con el realismo más auténtico.
Su literatura tiene la exuberancia de las selvas vírgenes.
Mientras alguien lea un libro suyo estará junto a nosotros. El recuerdo es parte de la vida no de la muerte.
Volverá cada año, dos días, a sentarse la mesa de los vivos en su México querido. Acudirá a la invocación que harán los suyos, es decir, nosotros.
Al pisar cualquier pueblo de América Latina, es imposible ignorar en la naturaleza o en su gente rasgos o aromas de Macondo.
Dice la biblia de los Mayas, el Popol-Vuh, que “cuando tengas que elegir entre dos caminos, pregúntate cuál de ellos tiene corazón. Quien elige el camino del corazón, no se equivoca nunca”. Él, como escritor, optó siempre por el camino del corazón.
No es necesario decir más, es mucho mejor volver o empezar a leerlo.
Me encanto tu escrito. Como Colombiana y asidua lectura de el maejor exponente de lo real maravilloso,Gracias por homenajear a nuestro Colombiano mas mexican.Gabo es nuestro..es de todos..y estara siempre en cualquier pagina que abordemos de su extensa obra y en el olor de la guayaba.
Feliz dia
Elizabeth