Ha muerto Juan Goytisolo, uno de los grandes escritores en español
Juan Goytisolo, escritor español, falleció en su querida Marrakech. A los ochenta y seis años padecía diversos males derivados de la edad. Fue un hombre radical con compromiso político sin militar jamás en ningún partido. Esa independencia le permitió primero criticar ácidamente a la clase conservadora española, vinculada por convicción y fe con el franquismo. Luego amplió su reflexión crítica a los dogmatismos occidentales en general. El mismo lo dice: “soy un escritor sin estrategia, que escribe con libertad: Sé que tiene precio y lo pago encantado”.
Goytisolo sobresale por su dedicación a la cultura árabe y al Islam. El escritor nunca entendió porque España miraba con desdén a su vecino Marruecos. Lo expresaba así: “apenas 14 kilómetros separan a los dos países, cuando cuarenta mil palabras del castellano son de origen árabe y cuando la literatura en España no se puede entender durante cuatro siglos sin las referencias árabes”.
En 1966 alcanzó fama mundial con Señas de identidad. Otras obras famosas son, Coto vedado, Makbara, Reivindicación del conde Don Julián y La cuarentena.
No tuvo empacho en negar su homosexualidad. Por citar un ejemplo, he aquí un fragmento de un artículo escrito para El País, el diez de abril del año 2016.
“Con la normatividad impuesta por los llamados “estudios de género” mi libido ha sido objeto de censuras por no ajustarse al esquema del canon gay. El que mis colegas de hecho y techo no fueran precisamente licenciados en Filosofía y Letras y pertenecieran a las que nuestros burgueses denominaban clases bajas ha llevado a algunos a concluir que mantuve con ellos una “relación neocolonial”. Ante tal manipulación no puedo sino manifestar sin complejos la primacía de mis gustos. La libido no admite enmienda mientras se mantenga en el plano de la imaginación y no engendre abusos por un empleo de la fuerza contra el otro sexo o en el caso aún más odioso de los abusos de la pedofilia que tanto abundan en las filas del clero”.
Juan Goytisolo nos dio cita en la plaza Xemáa el-Fná, de Marrakech. Estar allí es como acceder al espacio de la convivencia sin distinciones de raza ni de credo. Bailarines, adivinas, encantadores de serpientes, vendedores ambulantes. A un costado cientos de puestos comerciales, al otro cafetines para degustar té con menta.
Apareció jovial, con un diario bajo el brazo y nos invitó a seguirlo por callejuelas angostas y vericuetos laberínticos de la ciudad roja.
La casa es antigua con mosaicos de cerámica hechos mano, con figuras geométricas en las que destaca el verde esmeralda y el azul añil, con un patio central florido y arbolado. Ese fue el lugar ideal para la entrevista.
Excelente entrevista, no la había escuchado, muy esclarecedora y completa. Muchísimas felicidades.