El Estado Islámico se beneficia del tráfico irresponsable de armas
La mala regulación de los flujos de armas hacia Irak durante decenios, unida a la falta de control sobre el terreno, han proporcionado al grupo terrorista Estado Islámico un gran arsenal mortífero que se está utilizando para cometer crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra a gran escala en Irak y Siria, afirma Amnistía Internacional en un nuevo informe que se publica hoy.
A partir de los análisis realizados por expertos de miles de vídeos e imágenes verificadas, el informe, titulado ‘Haciendo balance. Armar al Estado Islámico’, explica cómo los combatientes del Estado Islámico utilizan armas –la mayoría procedentes del saqueo de los arsenales del ejército iraquí– que fueron fabricadas y diseñadas en más de dos docenas de países, entre ellos Rusia, China, Estados Unidos y países de la Unión Europea.
“La mala regulación y la falta de supervisión de los inmensos flujos de armas hacia Irak en los últimos decenios han supuesto para el Estado Islámico y otros grupos armados una excelente coyuntura para lograr un acceso sin precedentes a la potencia armamentística.»
Al tomar Mosul, la segunda ciudad de Irak, en junio de 2014, los combatientes del Estado Islámico se hicieron con armas de fabricación internacional del arsenal iraquí, entre ellas armas y vehículos militares fabricados en Estados Unidos, que utilizaron para controlar otras zonas del país, con devastadoras consecuencias para la población civil que las habitaba.
La amplia variedad de tipos de armamento tomado y adquirido ilegalmente ha permitido que el Estado Islámico lleve a cabo una terrible campaña de terror. Asesinatos, violaciones, tortura, secuestro y toma de rehenes han obligado a cientos de miles de personas a huir y convertirse en desplazados internos o refugiados.